A finales de la semana pasada, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) publicaba una resolución por la cual se advertía de una nueva normativa. La portabilidad de una línea entre operadores pasará a durar tan solo un día laborable a partir de julio de 2013, en lugar de los cinco actuales.
Una de las novedades que ha incorporado la CMT es que el operador que gana al cliente (operador receptor) estará obligado a informar al usuario de cuál es el día límite para cancelar su portabilidad. Hasta ahora, los usuarios desconocían el momento límite para poder “arrepentirse”.
Si la portabilidad de la telefonía fija lleva aparejada también el cambio de proveedor de banda ancha, el plazo total desde la petición del abonado hasta el cambio efectivo de operador puede ser más amplio. En este caso, la portabilidad numérica se ejecutará una vez esté preparada la infraestructura de la red.
Además, para evitar fraudes como el ‘slamming’ (las altas en una compañía no solicitadas por el cliente), cuando un operador crea que su cliente está siendo víctima de una portabilidad no solicitada, podrá requerir al operador receptor que cancele la portabilidad en curso si cuenta con la autorización del abonado.
España es uno de los países europeos con mayor número de portabilidades. En 2011 se alcanzó la cifra de 1,97 millones de números portados en telefonía fija y de 5,58 millones de móvil. España, Francia, Reino Unido y Dinamarca son los únicos países de la UE que, hasta ahora, han aprobado los procedimientos para que la portabilidad numérica se pueda realizar en un día laborable, tanto para telefonía móvil como fija.
Ahora bien, que hasta el día de hoy sean cinco los días laborables que se tarda en cambiar de compañía, ya estemos hablando de operadores fijos y/o móviles, se trata sólo de la teoría. Bien son conocidos en el sector los casos de portabilidades que, en ocasiones, pueden llegar a prolongarse unas semanas. La única consecuencia que puede de ello derivarse recae en el sentido estratégico del cliente y en sus negociaciones con diversos operadores de cara a conseguir la mejor contraoferta. De todos modos, la agilidad que aportan este tipo de medidas es siempre bienvenida, y si ello implica la reducción de los plazos en el proceso de portabilidades, todavía más.